La Puerta de Alcalá en Madrid es un monumento emblemático de la ciudad, ubicado en la Plaza de la Independencia, al empezar la calle de Alcalá.
Fue construida por orden de Carlos III, para sustituir la puerta anterior que databa del s. XVI. Sabatini, arquitecto italiano, se encargó del diseño y la obra de la puerta, de tal forma que en 1778 pudo ser inaugurada. En tu paso por Madrid no dejes de pasar por la Puerta de Alcalá, visita obligada para el turista.
Indice
Nombre de la Puerta de Alcalá
Tanto la Puerta de Alcalá como la calle homónima deben su nombre al hecho de estar situadas justamente en el camino que llevaba a Alcalá de Henares. Por otro lado, se denominó puerta debido a que originalmente fue una de las puertas por las que se accedía a la Villa de Madrid. Con el tiempo a su alrededor se creó la plaza en la que aún se encuentra, la Plaza de la Independencia.
Cómo llegar a la Puerta de Alcalá en Madrid
Puedes llegar a la Puerta de Alcalá usando la línea 2 del metro, quedándote en la estación Retiro. Algunos lugares próximos a la puerta son: la Plaza de Cibeles a 375 metros, el Museo Arqueológico Nacional a 401 metros, el Museo Naval a 467 metros y El Retiro a 613 metros de distancia. Teniendo en cuenta la cercanía de este último lugar con la Puerta de Alcalá, ubicada en el extremo noreste del parque, se puede aprovechar la oportunidad de visitar ambos puntos de interés turísticos.
Descripción de la Puerta de Alcalá
La Puerta de Alcalá es de estilo neoclásico, posee un aspecto monumental característico de los Arcos de Triunfo romanos. Se erigió en el año 1778, con el exterior mirando al este. Desde su construcción ha sido restaurada unas cinco veces, la última teniendo lugar a fines de s. XX. Su fabricación tiene la originalidad de ser el primer arco de triunfo levantado en el continente europeo luego de la caída del Imperio romano. Por lo que es precursor del Arco de Triunfo de París, y de la Puerta de Brandeburgo, entre otros.
Evolución de la Puerta de Alcalá
Desde sus inicios la puerta ha experimentado varias transformaciones urbanísticas a su alrededor. Resumiendo podemos decir que pasó de ser una frontera de Madrid a ser un importante punto turístico ubicado prácticamente en el medio de la ciudad. Esta evolución responde a la obras de ensanche del s. XIX que tuvieron lugar en el barrio de Serrano y a que se prolongó la calle de Alcalá. Ya para 1976, el Estado español la declaró como monumento histórico-artístico.
La puerta desde fines del s. XVIII empezó a adquirir relevancia en Madrid, y a fines del s. XIX ya se consideraba un icono característico de la ciudad, apareciendo en muchas ilustraciones de la misma. Por otra parte, la Puerta de Alcalá ha sido utilizada como centro de manifestaciones tanto políticas como artísticas, a su vez muchos hechos históricos han tenido lugar en sus alrededores.
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